domingo, 30 de abril de 2023

Un escritor lakota dice “Cada sociedad humana mantiene su sentido de identidad a partir de un conjunto de historias que explican por lo menos para su satisfacción cómo es que se crearon las cosas. Gran cantidad de sociedades parten de una creación desde la cual cargan una cadena tenue de eventos, considerada como el antecedente histórico que determina el presente y las acciones futuras”.
Los devotos de Sri Krishna se congregaron en la calle Ecuador cerca a la Plaza Francia en Buenos aires Argentina, andaban con libros de Krishna, música de la India, todo esto era hecho en la editorial George Harrison. En el año 1976 regresaron a Chile para invitar a nuevos Bhaktas a Argentina, practicaban el vegetarianismo, cantaba Hare Krishna y viajaban por varios paises. Llegaron a un templo en Santiago, había como 7 devotos-_ ¡Carlos!-_Exclamaron_, lo raparon, lo vistieron y lo llevaron a las calles, recibían devotos de Venezuela que llegaban con libros del Srimad Bhagavatam. En Argentina en el año 1976 fueron iniciados junto a un grupo de devotos por carta que llegaba a nombre de Srila B.V. Swami Prabhupada. En marzo del año 1977 hubo un golpe militar en Argentina, cerraron todas las puertas que no fueran católicas, fueron todos expulsados del templo. La partida de este mundo de Srila B.V. Swami Prabhupada un 14 de Noviembre de 1977 trajo una enorme crisis, todos los devotos chilenos viajaron y llegaron a un templo en Santiago, a un departamento en la calle Amunátegui 783. Traían Revistas” De vuelta al supremo”, perfumes líquidos pachulí y los vendían en el centro de Providencia, con este dinero mantenían el templo y el Prasadam. Eran siete devotos en el templo de Amunátegui, luego se juntaron como 14 devotos, entonces preparaban la fiesta de domingo, tenían que cantar muy bajito en el departamento. Todos los días durante dos meses en verano, iban en Harinam Sankirtan a Viña del Mar, imprimían folletos en mimeógrafo con información acerca de la conciencia de Krishna, con este folleto colectaban, pedían una colaboración voluntaria. Durante estos dos meses juntaron para arrendar una casa más grande en Ñuñoa, en la calle Guemes con Larraín, a una cuadra de la Plaza Egaña. Estuvieron seis meses, el programa fue creciendo, el administrador del templo encontró una casa muy grande en Puente Alto, en la calle Eyzaguirre 2440, empezaron a sembrar el terreno, fabricaban velas, preparaban mucho Sankirtan.